Juegos Tradicionales

La sardina

La sardina es una variante de un juego muy conocido por todos los niños, el escondite. En el que se trataba de que todos los jugadores se escondieran y uno intentaba encontrarlos uno por uno. En este caso, el juego consiste en que uno se esconde y el resto trata de encontrarlo.

Al jugador que se esconde al principio se le llama “sardina”, y para decidir quién será la sardina se echa a suertes, o se elige libremente entre todos los jugadores. Para jugar a la sardina es necesario contar con una casa grande con muchas habitaciones, trasteros, armarios, etc. Es decir, que tenga muchos lugares donde poder esconderse.

El juego comienza con la sardina escondiéndose y el resto de los jugadores contando hasta un número alto, generalmente 50 o más. Para darle tiempo a que pueda esconderse bien.

Cuando terminan de contar, todos salen a buscar a la sardina. Se desplazan por todos los rincones de juego para intentar encontrar a la sardina. Si algún jugador la encuentra, procura no hacer ruido para que el resto de jugadores no los enteren y se esconde con ella.

De forma que a medida que los niños que buscan encuentran a los que ya estaban escondidos se irán apretujando como si fuesen sardinas en latas. Para de esta forma evitar que el resto los descubran. Se puede mentir a los demás jugadores y decirles que por aquí no he encontrado a la sardina para enviarlos a otro sitio, y así despistarlo.

El juego de la sardina termina cuando el último jugador que busca a los escondidos (sardinas) los encuentra. Y el primer jugador que encontró a la sardina será el que haga de sardina la siguiente vez que se juegue.